José Pereira estaba sentado cerca de la reina Victoria Eugenia, tuvo que tragar saliva y tomar la palabra ante un auditorio formado por los alcaldes de toda España, congregados en un banquete en el Palacio Real de Madrid para homenajear al monarca Alfonso XIII. Tenía 35 años y "era el alcalde más joven de España, así que le tocó habla por protocolo", recuerda Marosa Gómez, nieta e investigadora -buceando en la montaña de legajos del archivo municipal- del ingente legado que su abuelo dejó en la ciudad en un mandato de solo dos años, entre 1916 y 1917.
En el contexto de hace un siglo, impulsó el primer cuerpo de bomberos de Ourense, la potabilización de varias fuentes para evitar infecciones, la cesión de terrenos para construir la casa de Correos, la expropiación de suelo para proyectar la calle Bedoya, así como la creación de una escuela para niñas en Seixalbo, el núcleo rural donde nació, vivió y murió. Ayer, los vecinos y familiares se reunieron en el pueblo para homenajearlo, inaugurar una placa en su casa natal y solicitar que una calle lleve su nombre para perpetuar la memoria de un ilustre. El actual regidor, Jesús Vázquez, asistió al acto y prometió el inicio de un expediente de honor que avalaría esa demanda. Pereira, adscrito al Partido Liberal, fue concejal de la ciudad desde 1911 hasta la década de los treinta.
Según las asociaciones Agromadas y San Breixo, impulsoras junto a la familia de esta iniciativa, "destaca o empeño de José Pereira para a creación dunha escola de nenas, que fixo que a vila de Seixalbo conseguira un dos índices de alfabetización feminina máis altos de toda a Galicia rural de principios do século XX".
La nieta, maestra orgullosa de que su abuelo tuviera esa iniciativa hace un siglo, pasó semanas leyendo actas de 1916 y 1917, cuando la política era distinta. Los plenos eran semanales y los miembros de la corporación no cobraban salario ni dietas, tampoco el alcalde. José Pereira tuvo 20 hijos y era un hombre que no presumía de su labor municipal. En casa daba pocos detalles de su labor pública. "No tenía ningún oficio, había ido a la escuela y el maestro le había dicho, al parecer, que no tenía nada más que enseñarle. Se quedó huérfano de padre y lo crió su madre, él se hizo a sí mismo. Fue un hombre del que todo el mundo alabó su inteligencia natural y su sentido de la justicia y la honradez", sostiene la nieta, que tenía 13 años cuando su abuelo falleció y que, tras descubrir su legado, quiere seguir explorando los archivos para conocer más de él y de su abuela.
El Concello recoge el guante. Jesús Vázquez avanzó ayer en Seixalbo su apoyo a "todo reconocimiento que sirva para recordar y dar un espacio en la historia" a su antecesor de hace un siglo. "Con el inicio de un expediente de honor, Seixalbo podrá poner a una de sus calles el nombre de José Pereira Rodríguez", afirmó.